Estereótipos [Relato de opinión]

Persona normal: Dícese de aquella persona que viste de una forma normal, habla de una forma normal, se comporta de una forma normal y tiene una mentalidad normal.
Definido lo que conocemos por persona normal, analicémoslo. Clasificamos de normal todo aquello que, socialmente, está “bien” visto. Un ejemplo claro es la vestimenta. Hay distintos tipos de ropa, todos lo sabemos, pero de todos ellos pocos son “aceptados”. Seamos sinceros y contestemos para nosotros, no para los demás. De los siguientes casos, ¿cuál es el que consideramos más “normal”? ¿Una persona vestida con unos pantalones de pitillo, una camiseta de un color liso, una chaqueta y una palestina o una persona que lleva unos pantalones anchos y largos a la altura de la pelvis, con cadenas colgando, camiseta negra, cazadora vaquera y un peinado llamativo? Está claro, el primer caso. No nos engañemos.
¿Por qué ocurre esto? Es simple. Es debido a la tendencia que tenemos de globalizar. ¿Por qué una persona no tiene el derecho de ir como quiera y que no tenga que soportar miradas incomodas por el sitio en el que pase? Porque se crean unos cánones de “persona perfecta” erróneos. No existe nadie perfecto y nadie, por seguir dichos cánones al pie de la letra, es superior a nadie. Esto es uno de los grandes problemas de nuestro mundo, que la gente cree que es así. Esto crea un gran conflicto, pues la gente que cree que es superior a los demás por cumplir estos “requisitos” discrimina y rebaja a los que no son como ellos y hacen que disminuya lo que podríamos denominar, erróneamente claro, “su posición social”.
Esto nos crea un gran problema. ¿Por qué? Porque las personas que son discriminadas no son aceptadas socialmente. Luego podríamos observar dos variantes en estos casos.
1. Las personas “rebajadas socialmente” intentan subir su “posición social”. Para ello no les importa fingir ser quienes no son, interesarse por temas opuestos a ellos, hacer cosas que nunca harían, etc. Para todas estas personas hago una pregunta. ¿Creen que merece la pena esforzarse por ser aceptados por aquellas personas que les rebajan por el mero hecho de no ser como ellos quieren que seáis? Sean sinceros.
2. Los que son “rebajados socialmente” deciden desarrollarse como ellos quieren. Escuchan la voz que tienen dentro y la siguen. Aprenden a respetar a las personas por sus actos y su forma de ser, y no por sus apariencias. Ahora hago una pregunta para aquellos que discriminan o miran mal a estas personas. ¿Se merecen tal trato por el motivo de haber hecho lo que querían hacer? ¿Por ser sinceros?
El problema de ser “diferente” también es influyente en los trabajos. Las personas “extrañas” tienen menos posibilidad de encontrar un empleo y menos aún si se trata de relaciones públicas.
Estos “marginados” reciben siempre los mismos seudónimos: pringaos, frikis…
Como habréis comprobado, yo soy uno de los del segundo caso y podréis decir que hablo de esta forma por ser así. Me da igual. Tengo una corta vida pero una larga experiencia y he visto muchos casos y los veo a menudo y, sinceramente, el seguir los modelos que nos impone esta sociedad solo sirve para ir arrinconando al rey en una esquina. Tarde o temprano llegará el jaque mate. Para entonces, será tarde.

1 comentarios:

Dav dijo...

Mmmmh... interesante, muy interesante.

Yo también soy del segundo grupo.


Los estereotipos dominan hoy día, y si no los cumples es muy probable que, como tú dices, seas un marginado social, recibas apelativos desagradables y tengas dificultades en tus relaciones sociales hasta el punto de que también las tendrás a la hora de encontrar trabajo.
En realidad es algo que siempre me ha preocupado a mí, el hecho de cómo se me puede discriminar por mi aspecto, gustos o pensamientos poco comunes. Ahora intento que no me importe lo aceptada o no que sea para los demás, a pesar de que duele mucho encontrarse sola entre tantas personas como hay en el mundo. Espero que mi forma de ser "pringada, friki, rarita" no me pase factura algún día en el campo profesional, porque eso ya sería el colmo.

Yo también estoy harta de ver situaciones como esta.
Me ha resultado increíble el cambio a vivir en el pueblo y en la ciudad, porque en la ciudad puedo ser yo misma y no me siento apenas discriminada por ello, me miran poco por la calle y aceptan con una mente muy abierta todo lo que tenga que decir. Pero eso no es en todos lados así, también lo sé.

Definitivamente, es cuestión de tener una mente abierta... y de aceptar a los demás.