El motivo

Bueno, esta "entrega", por así llamarla, consta de un texto que narra una historia cierta y sorprendente de mi región, Murcia

El motivo

Nuestra historia data unos seis años atrás. Los hechos se desarrollan en la Boca del Lobo, una tasca de Murcia capital. Hubo un altercado con un heavy, alrededor de los dos metros, recio como un roble y con su típico pelo largo y se oscura vestimenta, y un hombre de etnia gitana, su altura no sobrepasaba el metro setenta, algo musculoso, pero de constitución delgada.
La tensión entre los dos iba aumentando conforme pasaba el tiempo y se lanzaban pullas mutuamente. La ocasión pintaba a confronta miento, pero no fue así, por suerte. El heavy inspiró y expiró para tranquilizarse, no era una ocasión favorable para una pelea. Entonces pensó, e intento sacar provecho de las costumbres de su rival y anunció a su contrincante:
-Tienes la suerte de poder elegir, –le informó con una sonrisa irónica en sus facciones- o nos peleamos aquí y ahora, o si lo prefieres te espero en este mismo lugar mañana por la tarde. Tráete a tu gente, que yo me traeré a la mía. Elige.
En el rostro del gitano apareció una sonrisa maléfica, antes de anunciar “aquí te espero mañana”. Todo había salido según los intereses del heavy. Sabía que su rival iba armado, y él no. No era una idea lógica correr semejante peligro. Tranquilamente volvió a entrar a la Boca del Lobo…


Al siguiente día, el gitano fue el primero en llegar, con unos veinte camaradas, aproximadamente. Esperaron hasta la llegada del heavy, que aparecieron unos veinte minutos después. Eran alrededor de quince, inferiores en número, pero todos ellos tenían prácticamente el mismo físico. Era un enfrentamiento entre gigantes y medianos.
Aún debido a dicha sorpresa, los gitanos no cedieron terreno, el creador de aquel barullo, se dirigió a sus contrincantes, con una sonrisa escalofriante en el rostro.
-Bueno, aquí estamos –dijo casi riéndose, mientras sacaba una navaja de su bolsillo. Al mismo tiempo, los demás compañeros le imitaron. Cada uno con su navaja-. ¿Vamos al lio no?
El heavy se llevó la mano a la perilla y se la rascó pensativo. Con un gesto de indiferencia asintió.
Los gitanos se acercaron a sus rivales de aquel día.
El cabecilla heavy soltó una risotada floja, mientras descendía la mano hacia la gabardina. Estaba cogiendo algo. Sonrió y los gitanos se detuvieron desconcertados. El heavy sacó el objeto oculto. ¡Un mandoble! El rostro de los gitanos se tornó sombrío, echaron un pie hacia atrás. Pero el espectáculo no había acabado. Los demás heavies sacaron cada uno su mandoble.
-¡A por ellos! –Anunció uno. Los gitanos optaron por la retirada, pero los heavies no se iban a estar quietos.
Al poco tiempo la persecución acabó con un comunicado:
“No os recomiendo volver”
Desde entonces, pocos gitanos se acercan a la boca
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Sueño de una vida

Buenas, mi nombre es Daniel y he creado este Blog para introducir todos aquellos textos que vaya escribiendo a lo largo de...digamos...el tiempo que me dure esta manía ^^.

Os dejo el primer relato que escribí, desde pequeño siempre me gustó escribir, aunque supongo que era demasiado vago para ello. Ahora me ha dado la vena a mis diecisiete años. Sin más preámbulos os dejo el texto:

Sueño de una vida



¿Qué pasaría si un día, en medio de la noche, te despertases con un fuerte dolor en el corazón, producido por una pesadilla? Por la visión de tu vida. Una vida desastrosa, en la que todo te sale mal, y no eres valorado. ¿Qué pasaría? Prestad atención, pues me dispongo a contaros, mi historia:
Una de las últimas noches del invierno, me levanté sobresaltado de la cama, mi frente cubierta de una película de sudor, producida por una angustiosa pesadilla. Mi vida.
Aquella noche rememoré todos los momentos de mi vida, desde el más simple, hasta el más significativo. Y no fue algo agradable. Como iba a serlo, si toda mi vida ha sido un puro desastre. Solo con verme es suficiente para advertir que soy un pringao sin futuro alguno. Bajito, “cuatro ojos”, débil y raquítico, por no hablar de la poca belleza que emana mi rostro, una nariz aguileña bien pronunciada, un pelo rizado que siempre llevo bufado, acné, y un aparto que hace que la gente se que deslumbrada por el reflejo de mi boca. Si, en efecto, soy el típico marginado social.
Nunca llegué a tener amigos, mis únicos amigos fueron los videojuegos, el ordenador y los libros. Siempre, después de clase, me encerraba en mi cuarto hasta altas horas de la madrugada. No despreciaba mi tiempo, o al menos eso pensaba yo. Me tiraba horas y horas leyendo, pero no precisamente los libros escolares, sino libros fantásticos. Supongo que esperaba poder acabar como Don Quijote, y salir a buscar guerra por todo el mundo. Que iluso era entonces. Es posible que la lectura si me obcecara un poco la mente, porque veía al resto de seres humanos como orcos. Nadie me parecía buena persona, ni siquiera los que eran como yo.
Mi conducta antisocial me hizo incapaz de tener relaciones con nadie, ni siquiera por Internet, y eso que dicen que es un medio muy fácil. No niego que lo probé, me hice un Messenger de esos, pero no encontré a nadie adecuado para mí. Solo encontraba consuelo en lo no-humano, por así decirlo.
Debido a todo esto, no me relacionaba, no prestaba atención a clase, suspendía y todos se reían y abusaban de mí. Era demasiado, yo no podía soportarlo.
Dejé de ir al instituto, ni siquiera mis padres intentaron hacerme volver, veían que era una causa perdida, probablemente.
Por lo tanto no terminé mis estudios, no conseguí trabajo, y ahora, a mis treinta y tres años, sigo viviendo a costa de mis padres, como un parásito que se alimenta de los demás. Así soy yo, o al menos, así me siento.
No tendré estudios, pero probablemente sepa más de lo que muchos que tienen saben. No tendré amigos, por suerte, no se lo que es falta de ellos. No tengo ningún tipo de relación, ni siquiera abro la puerta cuando alguien llama si estoy solo. Soy un caso perdido. ¿No lo creen así?
Desde hace un par de días me siento agitado. Vi un reportaje en las noticias hace un par de días que, creo, que ha sido clave en mi vida. Un adolescente se suicidó porque no era capaz de soportar la situación de abuso que estaba viviendo. Se tiró por un barranco, no se si os sonará. Esto ha hecho que me planté lo siguiente: ¿Debería haber echo yo eso hace ya tiempo? Es por eso por lo que esta noche estoy así, tan revuelto, tan sobresaltado. He estado dándole muchas vueltas, lo veo una solución cobarde. Aunque es cierto que aislarse del mundo como he hecho yo, lo es aún más. Pero, ¿qué puedo hacer yo ahora, a mis treinta y tres años? ¿Empezar una nueva vida? Sería absurdo, o eso creo. Debería planteármelo, ya que, cuando mis padres no estén, me quedaré solo, y creo que acabaré muriéndome al poco tiempo. Aunque eso no es lo peor, lo pero creo que sería, que no sería capaz de ir a su entierro, o al menos no me veo capaz. Lo siento, soy así.
Mi historia no tiene un final, no soy un personaje que va evolucionando como en toda película, libro o videojuego, y al final tiene un final feliz. Mi final siempre será el mismo, mi habitación. Reconozco que mi vida no es tan mala, desde mi punto de vista, pero también he de admitir que no se la recomiendo a nadie que pueda esquivarla, ya que el vació que a veces me duele, y me hace llorar, enfurecer e incluso reírme de mi propia conducta, no lo podré llenar nunca, o al menos, eso creo.
Este mensaje es para todos aquellos que son como yo y no pueden remediarlo. Os invito a que cambiéis, hacedlo por vosotros, pero también hacedlo por esa parte de mí que no fue capaz de hacerlo. Os pido ese favor, no os aisléis, porque o sino, es posible que acabéis como yo.
En un futuro, anciano, triste, hundido en la miseria interior, y, posiblemente, con una soga al cuello.
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